NOVEDADES EDITORIALES

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En Amazon.com ya pueden encontrar, en formato E-book y tradicional, mis dos últimas obras "Las mujeres de Wagner" y "Las hadas de Bécquer y Wilde ", publicadas por LOS OJOS DEL SILENCIO .







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Cadiz, Andalucia, Spain
Licenciada en Filología Anglo-Germánica, hablo inglés, español, italiano y francés. Tengo publicados varios artículos sobre literatura inglesa en revistas especializadas así como los siguientes libros: "La magia celta según Gustavo Adolfo Bëcquer y la novela artúrica contemporánea" (Sevilla, 1999) "Camelot reconstruído" (Sevilla, 2000) "El hada blanca"(Sevilla, 2001) "Ector, el príncipe de negro" (Sevilla. 2004) "Las mujeres de Wagner" (2011) "Las hadas de Bécquer y Wilde" (2011) "El sueño de Calpurnia" (2012) "Wagner's Women" (2012) "La Triple Diosa y el rey Arturo" (2012) "Gades y Camelot" (2013) "The Triple Goddess in Oscar Wilde's Salome" (2013) "Solidaridad femenina en los romances medievales ingleses" (2013) "Calpurnia's Dream" (2014) "Magia y Eros en Shakespeare y Wagner"(2014) "El lamento de Calipso" (2014) "Kundry o la decadencia de la soberanía en el Parsifal wagneriano"(2015) "Las tres caras de Morgana y Ginebra : la psicología femenina en la literatura artúrica"(2016) "Verona, 1303" (2016)

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Pueden contactar con esta dirección de correo electrónico si desean conocer la traducción inglesa o italiana de estas obras



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jueves, 24 de julio de 2008

GADES Y CAMAALOT 21


Galaaz y Ector se volvieron a abrazar, nada más tocar puerto.... Lo sintió estremecerse entre sus sólidos brazos de bronce oscuro.... Leyó, a través de sus fibras temblorosas, todo cuanto había acaecido, pese a carecer de la vibración especial que poseía la raza de este hermano mayor al que, en contra de sus previsiones, había recuperado..... Los ojos de miel oscura se fundieron con los negros y ya insondables, transformados por aquella madurez brutalmente asimilada.... que también vieron en los otros el anhelo por perderse en una barca ritual y fúnebre rumbo a.... Una pulsión celosa, por primera vez en su existencia de virgen, se hizo notar en lo más `profundo de sí.... Aquellas entrañas recién despertadas, exultantes por sentirse dueño de una feminidad tan cercana a sus propias raíces.... el mismo cabello caudaloso y negro, la tez pálida, los senos generosos sobre la delicada figura..... ¿Pudiera acaso el bastardo de Artorius y Lyle haber sospechado....? Una furia violenta y breve contra sí mismo le hizo desdeñar el pensamiento..... No, su fiel hermano no osaría.... La imagen centelleante de ella en aquel ropaje ritual que usaban sus hermanas para la curaciones solemnes, de pie ante el vientre desnudo, viril, ansioso, de Galaaz, sin embargo, seguía fijada entre sus pensamientos, igual que aquel día en el que ofreciera su ayuda a la Reina Suprema para contribuir a curarla dolencia extraña que afectaba al joven hermano menor.
La Reina Suprema.... Frente a lo que hubiera imaginado de sí misma, siempre sintiéndose inadecuada para ser una verdadera Gran Reina, Wenore....¿alguna vez llegaría a hacerse a la idea de no ser ya considerada Reina Suprema? Fue durante aquellos primeros tiempos en aquel reino de efluvios energéticos tales que se cristalizaban en vías de gemas cuya fuerza pugnaba por atravesar aquella bruma azulada que tenían por bóveda.... Sabiéndose en realidad tan sólo una ilustre súbdita de la Señora Nenyve, aquel título del que nunca se sintió digna comenzó a arañar dolorosamente su nostalgia.... aunque amase la atmósfera sutil, energética y luminosa de aquellos dominios, aquellas almenas imposiblemente estilizadas y majestuosas que se elevaban altivas en miles de delgadas facetas cristalinas de rosa, rubí pálido, ámbar, zafiro, aguamarina, esmeralda.... los colores de la tarde precipitados sobre la tierra, impregnándola.... como seres ultraterrenos, celestiales, que la fecundaran.... ¿era quizás esto lo que debía ser suyo en lo que le iba a restar de existencia? Simplemente, ser una dama de ilustre y doloroso pasado sujeta a una señora de entrañas y mirada marmóreas, carente de soberanía propia.... .... ¿Acaso la había tenido alguna vez a lo largo de su vida? Y esta realidad permanecía allí dentro.... pese a como se sentía arrebatar cada vez que los labios trémulos de Ector se llenaban con sus brazos de firme palidez aún suave, venerando sus senos que crecían como lunas, devorando aquellos muslos frenéticos que se abrían como mariposas para albergar aquella fuerza resplandeciente y dulce, tan distinta de la plenitud recia, casi brutal, que Artorius solía generar en su vientre.... a pesar de algo más allá de aquella pulsión viril que penetraba a través de sus poros, de las oquedades entre sus fibras mas sutiles, aquel ser diáfano, tan de Ector, que la llenaba toda, nutriendo y alumbrando aquel brote de vida que iba tomando forma en aquel vientre ya totalmente de él....
Sí, esto era lo que ayudaba a Wenore a trascender su descendido papel de ¿matrona sanadora? entre todas aquellas gráciles doncellas de luz mientras ella se iba sintiendo cada vez más grávida, terrena, espesa, parda.... No, sabía que Ector no esperaba ni quizás desearía, de ser posible, saciar sus deseos más profundos con ninguna de ellas, ni cuando su vientre se hiciera tan masivo que le imposibilitara su acceso a él.... Sí, tendría que hacerse a la idea.... la criatura por llegar quedaría totalmente en manos de Nenyve y Gaynour, quienes mantenían un clima de calmada hostilidad latente que no se le pasó por alto a Wenore.... Gaynour.... su hermosa y abrumadora cabellera de noche azulada pese a las vetas de plata, los jugosos labios llenos y los senos aún sensuales en el junco de su talle.... No, Ector era un hombre fiel a la única mujer que había cruzado su piel con la suya.... Todo ello le ardía dentro.... Claro que al alumbrar a quien debía venir a su debido tiempo aquí gozaría de una atención que en otro lugar de la tierra no tendría.... quizás esa luz tamizada con el color adecuado la ayudaría a sacar la vida dentro de ella sin que su añoso vientre pudiera resentirse.... ¿a cambio de que no le perteneciera más? .... Desesperadamente, había buscado respuesta en aquellos ojos profundos a los que únicamente podría recurrir... "Mi reina, a pesar de todo mi soberana.... señora de mi vida... tomadme y os seguiré.... aunque éstas sean mis hermanas y las añore con desgarro.... vos y lo que crece mío aquí dentro sois mi reino....Os quiero dueña y soberana, Wenore, mi esposa, carne mía.... llevadme donde seáis señora y dueña.... y ello me hará sentir realmente hombre.... " Ector había rodeado con sus brazos el vientre abultado de Wenore y lo había besado con hondura.... No había más que preguntar....
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Habían cruzado los senderos bordeados con altivos pabellones de luz petrificada que en la profundidad de la noche apenas si eran gigantes espectros yertos, levemente translúcidos…. Ector había sentido sus entrañas estremecerse ….Una vez más, se había preguntado si volvería a tenerlos ante los ojos….. Se había asegurado de traer consigo aquella gran bolsa y el cobertor tejidos con el cabello de intenso poder perteneciente a Blodwynn y otras doncellas que los tejieran para él….aquellos sobre los que tantas veces la plenitud femenina de Wenore se estremeciera en sus brazos…. Como aquella primera tarde sobre el manto de simples pieles corrientes que no había olvidado traerse…. Junto a su surtido de gemas heredadas de Blodwynn…. Wenore, paso entorpecido por el volumen del vientre, se las había arreglado para traerse consigo a sus damas, aquellas que jamás llegaron a adaptarse al Reino Sin Sol, consideradas seres oscuros y espesos por aquellas doncellas de porte aéreo…. No, Wenore pensaba, radiante ante la expresión viva y clara que había vuelto a ver en los ojos de Clarissant y Lynet…. Clarissant….ahora más que nunca “su niña” , perdidos los hermanos y el padre en …. Quizás debiera invitar a Margawse con frecuencia…. Margawse…. Viuda, definitivamente sola, sin más familia que su Clarissant….
sus hermanos vagando fantasmales hacia una tierra inverosímil …. Gaynour…. Por primera vez en su vida, el corazón se le había oprimido lloroso ante aquella mirada oscura y acaparadora, ahora enrojecida, nerviosa, parpadeante…. No sólo eran sus ambiciones las que se le escapaban…. También su niña…. Y aquel hijo que desearía haber tenido de Blaise…. Sí, definitivamente, sabía que estaba destinada a pagar un precio…. De todas formas, ¿por qué no volver a Camerlerd?..... era su hogar de siempre, a fin de cuentas…. Sí, quizás con el tiempo…. Nenyve y ella, desaparecido el afán que en común tenían, no soportarían mucho tiempo compartiendo el mismo suelo…. Pese a que su edad no resistiera separarse una vez más, ya definitivamente para siempre, de aquel mundo palpitante, sereno, transido de luz fecundada….
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Después de encontrarse con Galaaz, quien les esperaba con sus hombres de confianza, emprendieron travesía hacia Bretaña, donde cabalgaron hasta Saint Dunstan. Allí permanecieron con Blaise hasta que el seno de Wenore, maduro y desengañado, se abriera pletórico, dando salida a un nuevo heredero de la sangre híbrida pura, cabellera tupida y negra contrastando con el cuerpecillo de marfil … como la pequeña futura regente que surgiría a los pocos minutos, tras una labor angustiosa que se extendió durante toda una noche y una mañana, auxiliada por las incontables clases de infusiones que el buen Blaise se afanó en idear, variando el tipo de hierba y sus proporciones, dependiendo de cómo iba evolucionando la situación …. Observando a la que fuera Reina Suprema, hinchada, empapada en sus propios fluidos, sobre la paja amontonada…..la cornalina de Ector, dorado teñido de carmesí, presionada contra su seno por la mano de aquel que era ya parte de su propio ser , quien, ojeroso, transido de la agonía cérea de ella, sostenía a duras penas contra su corazón, bajo aquellos senos que tan a menudo poseyera enloquecido, la gran esmeralda que aquel día les alumbró el pasaje de sus seres sutiles hacia el mundo más allá de las sombras donde sus ancestros descansaban …. “Madre….Blodwynnn…. no la arrastres contigo….Madre….” ¿Era aquella otra Diosa Madre, la Madre del Carpintero…. La que aparecía, transida de Blodwynn primero, después de la Diosa Fecunda…. Keridwenn…. Ishtar? Madre…. Hazla vivir…. Seremos tuyos….no la abandones…..seremos tuyos……
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Cuando llegó el tiempo adecuado, Wenore decidió instalarse donde naciera y creciera como princesa, junto a las olas grises y centelleantes de Camerlerd. Allí vio a sus hijos crecer junto a su señor y sus damas, en la fortaleza de piedra que alojara con su vida con Leodegranz….y Gaynour…. Allí hicieron plantar inmensas arboledas de árboles sagrados y una pequeña capilla en honor a la Santa Madre, la Doncella que engendrara al Galileo pero que también era Rhiannon, Arianrhod o Birgitt…. Allí crearon, supervisados por Blaise, una comunidad de doncellas, instruidas para conservar la tradición de las sanadoras…. Eran damiselas recomendadas por la princesa Isolde de Irlanda, discípula de Blaise…. Allí la hija de Ector y Wenore comenzó su iniciación como sucesora de Nenyve , al cabo de varios años cuando aún era adolescente y asesorada por su padre como nuevo hombre sabio de la Tierra Sin Sol, quien, pese a todo, decidió pasar largos periodos en Camerlerd, pese a los muros de piedra, el mar gris y amortajado y el aire espeso sin luz …. Allí se había sentido, por vez primera señor y hombre, le había pertenecido una mujer con la que, en su momento, se fundiría al final del viaje en la barca ritual a través del océano…. La cual le había dado aquel hijo de mármol musculoso y ojos donde el azabache alternaba con el acero, que tanto impresionó a Constantinus, este señor de raigambre y nostalgia romanas, quien quiso formarlo como guerrero en su casa, aquella “villa” al estilo de siglos atrás ….. y que tanto le recordó a Ector a aquellas mortajas de roca y moho allí … allí en las islas …. Wenore, mi amada, carne, esposa mía…. Nuestro pequeño Malgo ….va a ser adoptado por el Rey Constantinus …. Quiere hacer de él…. un nuevo Rey Supremo …. Madre …. Blodwynn….Maryam…..dejadme vivir para ver a mi hijo conquistar todos los pueblos que sé que va a dominar…. Me lo habéis hecho saber …. Que al menos yo pueda vivirlo por ella ….
Como todas las tardes de la estación cálida, Ector había salido a la playa y se había sentado, contemplando este insólito sol rojo, inundando con los colores de su tierra sin sol aquel firmamento real que se vertía sobre las olas por las que se había alejado, algunos años antes, la nave con aquélla que para siempre sería su propio ser.

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