NOVEDADES EDITORIALES

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En Amazon.com ya pueden encontrar, en formato E-book y tradicional, mis dos últimas obras "Las mujeres de Wagner" y "Las hadas de Bécquer y Wilde ", publicadas por LOS OJOS DEL SILENCIO .







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Cadiz, Andalucia, Spain
Licenciada en Filología Anglo-Germánica, hablo inglés, español, italiano y francés. Tengo publicados varios artículos sobre literatura inglesa en revistas especializadas así como los siguientes libros: "La magia celta según Gustavo Adolfo Bëcquer y la novela artúrica contemporánea" (Sevilla, 1999) "Camelot reconstruído" (Sevilla, 2000) "El hada blanca"(Sevilla, 2001) "Ector, el príncipe de negro" (Sevilla. 2004) "Las mujeres de Wagner" (2011) "Las hadas de Bécquer y Wilde" (2011) "El sueño de Calpurnia" (2012) "Wagner's Women" (2012) "La Triple Diosa y el rey Arturo" (2012) "Gades y Camelot" (2013) "The Triple Goddess in Oscar Wilde's Salome" (2013) "Solidaridad femenina en los romances medievales ingleses" (2013) "Calpurnia's Dream" (2014) "Magia y Eros en Shakespeare y Wagner"(2014) "El lamento de Calipso" (2014) "Kundry o la decadencia de la soberanía en el Parsifal wagneriano"(2015) "Las tres caras de Morgana y Ginebra : la psicología femenina en la literatura artúrica"(2016) "Verona, 1303" (2016)

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Pueden contactar con esta dirección de correo electrónico si desean conocer la traducción inglesa o italiana de estas obras



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jueves, 29 de mayo de 2008

Gades y Camaalot: Capítulo 7

- Mi señora…. El hijo de Lady Nenyve pide audiencia con vos…. – La reina Wenore, aún tendida sobre el lecho de tejido sutil y lustroso al que había sido apresuradamente tras su desvanecimiento mientras probaba qué gema usar con el joven hijo de la Regente, en su aturdimiento confuso, escuchaba a Dame Clarissant hacer el anuncio de aquella presencia que, inmediatamente, aceptó complacida. Se incorporó en el lecho, ya que aún se sentía débil, para asegurarse de que su cabellera no estaba muy despeinada y así mismo intentar disimular su decaimiento. Cuando lo consideró oportuno, dejó que la visita tuviera acceso a la cámara.
Un hombre aún bastante joven, más bien alto, de complexión delicada, cuya tez pálida contrastaba violentamente con el negro del cabello liso y los ojos de almendra, enmarcados por unas cejas y pestañas de igual intensidad. Wenore percibió su propia confusión reflejada en ellos “no es de extrañar…sabe que yo esperaba a otra persona…. igual que él imaginaba encontrarse con otra clase de reina… una verdadera Reina Suprema “. Sí, bien podría estar valorando la escasa presencia regia, su cuerpo menudo, la inseguridad que los años le habían obligado a disimular a toda costa…. Todo aquello en esa mirada, demasiado abierta y suave para un hombre de su edad.

-Mi señora y reina…. – La voz también era suave, casi susurrante - …. Mi interés por vuestra salud me ha traído aquí tan precipitadamente…. ruego que perdonéis mi atrevimiento…..Soy el príncipe Ector, hijo mayor de Nenyve, señora de esta tierra.
- No necesitáis disculparos, mi señor Ector… la Reina suprema se siente especialmente conmovida por vuestra preocupación…. – Se había esforzado en mantener un tono en consonancia con la personalidad de una Reina Suprema. La negra transparencia de los ojos que tenía enfrente, aunque impasible, le hizo ver que, bajo la máscara de distante compostura, él había entrevisto cuán quebradiza ella era. Bien, qué le iba a hacer, había que seguir adelante…. – Así pues, sois hermano del príncipe Galaaz…
- A decir verdad, mi señora…. – la voz se había adelgazado aún más – sólo compartimos la sangre de nuestro padre, señora, el rey Ban de Benoic…. – En un alarde de confianza inesperada para alguien recién conocido y a quien su propia madre no había juzgado oportuno presentar en su momento, Ector confirmó la impresión inicial de Wenore…. Ban de Benoic…. Jamás le había oído citar en la corte…. Con toda seguridad, uno de esos señores francos cuyo ascendiente se hallaba en las tribus prerromanas de la Galia y que, por cierta nostalgia, aún se hacían llamar “reyes” equivalentes a “ duces bellorum” pero, en realidad, no eran mas que nobles sujetos al rey de los francos. Al mencionar este tema, el joven estaba poniendo en una posición delicada a su propia madre – cuya esbeltez, pálida piel y negrura de ojos y cabello él sí tenía – …. O a su hermano. Wenore vio que él también lo había advertido.
-En realidad fui engendrado antes de que mi padre se desposara con su reina, la madre de Galaaz… Soy fruto del pacto entre la Señora Regente y Ban…. A cambio de su tutela y el adiestramiento de nuestros…. hombres…. … a decir verdad, la mayoría de ellos – Wenore le vio bajar las densas pestañas negras – … Mi padre tenía el privilegio de unirse ritualmente a nuestra regente y así ….hacer que su descendencia también gobierne nuestro reino… . Aunque otros señores de alrededor tienen hombres nuestros a su servicio, sólo él tenía acceso al matrimonio ritual…. – Ector tragó saliva – por su sangre procedente de las antiguas tribus que habitaban esta tierra….
Los ojos abiertos de Wenore le contemplaron con intensidad, ávidos de escudriñar en su fuero interno. ¿Qué clase de hombre era éste cuyo atavío oscuro le daba un aire tan ajeno a la mayoría de los varones que había conocido hasta entonces? Quizás parecía pertenecer a la estirpe de Blaise, esa especie de sabio sacerdotal…. Sólo que carecía del aura fulminadora e imponente.
Mas aquella mirada, aunque inocente, atesoraba mucho más de lo que en principio transmitía.
-- Mi señora... – Wenore entendió la prolongada pausa.
--Clarissant es la sobrina de mi esposo y la dama más cercana a mí desde que era niña....
La límpida mirada azul de la muchacha fue lo bastante convincente para el joven.
- Mi reina Wenore... – La voz seguía siendo tenue mas estudiada – ... debéis de tener una rara habilidad para esta clase de sanación que nuestra raza custodia ocultamente.... – Wenore trató de establecer diferencias entre todos los aspectos que él le estaba manifestando en ese momento..... ¿quizás la estaba haciendo reflexionar sobre su propio origen?.... ¿acerca de la intenciones de Lady Nenyve con respecto a ella misma y su propio....? Sí, este hombre era sutil, más allá de la impasible candidez en la clara mirada negra y la leve sonrisa de aquellos labios llenos y carmesíes, el único rasgo de sensualidad en su fisonomía, el cual otorgaba cierta calidez a la nariz delicadamente aguileña y aquella pálida frente ensanchada por una incipiente pérdida de cabello.
-- ....Por lo que me fue posible deducir - Wenore, por fin, había hallado las palabras para seguir hablando --.... Lady Nenyve me hizo depositaria de unas gemas de mayor intensidad y magnificencia que las de las demás doncellas... – La Reina suprema se halló leyendo cada una de las preguntas en los ojos del joven – ....por supuesto que también lo hizo para ayudarme a curar mi dolencia – Wenore se detuvo horrorizada, consciente del doble significado de lo que acababa de decir.... Sí, este hombre era sutilmente ladino.... algún don inexplicable le había traído la visión de ella dentro de aquella cámara de ágata, los senos brotándole llenos dentro de aquel fino ropaje rebosando fuerza ante aquel vientre musculoso, lozano y desnudo que insinuaba una virilidad desbordante.... Wenore contempló cómo Ector era consciente del rubor que se le subía hasta la mejillas y, por tanto, de su incapacidad para actuar como una verdadera Reina Suprema.... No, no podía derrumbarse aquí, ante un recién conocido que, sin intención aparente, la intimidaba de una forma inadmisible para ser inferior a ella en edad y posición.
- Mi señora y reina, sois una dama admirable, enternecedoramente fiel a vuestro señor.... El respeto que inspiráis hace que me ofrezca a vos como servidor y, si disculpáis mi osadía, iluminaros en cuanto creáis necesario, pese a mi extremada juventud para ser uno de nuestros sabios... como el noble Blaise.... Parece ser que mi hermano el príncipe Galaaz sigue con la dolencia que vuestro.... repentino desfallecimiento no pudo aliviar... .... .... ¿qué gemas ..... elegisteis?
"¿Por qué ....?" Wenore ignoró su propia curiosidad – Lo intenté.... con cornalinas, las que probase con éxito... – Miró interrogante al príncipe Ector.
- Sí, con nuestra hermana Sybilla.... a decir verdad, sólo es una hermana emocional, como todas mis paisanas.... – Wenore vio que sus ojos aún seguían posados en la mirada de ella aunque tras ellos con toda seguridad el pensamiento de Ector escudriñaba lejos. – .... Mi señora....zafiros.... o quizás berilos azules.... lo que mis hermanas usan en casos similares.... – Las pupilas negras atravesaron los ojos de Wenore --.... una esmeralda.... sin lugar a dudas, ella os ha debido de proveer de una hermosa esmeralda deslumbradora.... Sí, no hay duda... – Los ojos penetrantes, por un momento, fueron, mármol negro, los de su madre. – No sólo aliviará su carne dolorida.... también aplacará su sangre....y su ser interno, joven e impetuoso.... – De nuevo aquel ardor rojizo le subió por la barbilla.... ¿por qué estaba abocada a desnudar su vulnerabilidad ante un joven desconocido a quien su propia madre había desestimado presentar a la Reina Suprema? .... ¿qué pretendía?
-- Mi señora.....pedid a Lady Nenyve una nueva oportunidad para ver a mi hermano.... Mas, os lo suplico, no reveléis mi papel en este asunto.... a fin de que sea plenamente a vuestra gloria.... ¿me concedéis permiso para retirarme, mi reina?

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